Mercedes Sosa: la Voz de Argentina

Infancia y adolescencia: los primeros pasos en la música

Los indígenas aimaras, que han vivido en todo el continente latinoamericano durante siglos, siempre eran pobres: hasta hoy ganan su pan de cada día labrando el campo y fabricando tejidos.

Trabajando duro desde la madrugada hasta el anochecer con tal de ganar unos pesos para comer los aimaras, no obstante, se reservaban tiempo por las noches después de la cena y en los festivos para sus canciones con guitarra y sus bailes como la única forma de relajarse un poco y escapar de la cruel realidad ... Así era su vida: los aimaras no conocían otra.

El 9 de julio de 1935 en una familia así nació una niña – morena de piel y de pelo y con una voz potente, como los demás hijos de un modesto obrero y una lavandera del pueblo argentino de San Miguel de Tucumán. La bautizaron según la tradición católica con dos nombres: Haydée Mercedes.

Sin embargo, la niña pocas veces escuchó su nombre completo. En el círculo familiar a la futura cantante le llamaban Marta: como recordaba más tarde, fue una especie de compromiso entre sus padres. Es que no conseguían a ponerse de acuerdo de cómo llamar a la niña: su padre quería ponerle el nombre de Heydée Mercedes mientras que a su madre le gustaba el nombre Marta. El padre "olvidó" el nombre sugerido por la madre cuando fue a registrar a la niña y la inscribió como él quería: Haydée Mercedes. Pese a eso la madre seguía llamando a su hija Marta

Un par de décadas más tarde para el resto del mundo ella se convirtió en la Negra- así la rebautizaron sus millones de admiradores debido a la frondosa cascada negra de su cabello.

La familia de Mercedes Sosa era pobre, pero muy unida. Trabajaban hasta no poder más, pero siempre encontraban tiempo para una canción o un baile. Desde pequeña Marta mostró su talento musical y su gracia: cantaba de maravilla y probablemente no hubiera un solo baile que se le escapase. La Martita memorizaba las canciones al instante, le bastaba escuchar una melodía en algún lugar para poder cantarla de inmediato y sin faltas.

Se habría podido convertir en una lavandera como su madre o haber seguido el modesto oficio de su padre, si no fuera por un golpe de la fortuna. A los quince años, en un evento municipal le pidieron a Mercedes sustituir a un participante enfermo. La muchacha iba a cantar algo muy diferente de una canción popular, le tocó cantar el himno nacional de Argentina.

Mercedes no solo desempeñó su misión de manera brillante, sino que se hizo notar públicamente y le ofrecieron participar en un concurso de canto en la radio regional. Ella lo ganó y en reconocimiento a su talento, a la muchacha la invitaron a cantar en uno de los programas de la radio. Lo hacía en secreto, sin que su familia lo supiera. ¿Por qué en secreto? Porque de otra forma no habría tenido esa chance: los padres de Marta eran muy católicos y profesaban una visión muy estricta en la educación de sus hijas.

La verdad salió a la luz más tarde: el padre descubrió por casualidad el lugar que había frecuentado últimamente su hija. Se desató un escándalo. ¿Dónde se ha visto que una chica de una familia respetable estuviera vagueando y entreteniendo a toda la ciudad con sus canciones? Pero Mercedes consiguió salirse con la suya: la familia cedió.

Trabajó con un contrato durante dos meses seguidos, le pagaban por ir varios días a la semana a cantar en el estudio de la radio local. Fue el primer dinero ganado por Marta que desde aquel entonces ingresaba su parte a la economía familiar.

Luego en su vida hubo muchos más concursos y victorias, pero este, el primero, fue recordado por la cantante con una ternura especial: en muchas de sus entrevistas y publicaciones ella hablaba de su primer éxito.

En la cresta de la ola

Los mediados de los años 50 en América Latina marcaron el comienzo de un largo período de gran interés por el folclore, por las canciones y bailes populares. La moda musical iba sustituyendo el ritmo apasionado del tango argentino por las melodías indígenas y canciones de los barrios obreros del país.

Mercedes se encontraba, como dicen, en la cresta de la ola: recibía invitación tras invitación para participar en conciertos o concursos, en aquella época ya era conocida en toda Argentina.

Sin embargo, la Negra en ese momento todavía no conseguía definir el estilo de su arte: su talento era demasiado multifacético. Conoció al músico Oscar Matus, quien pronto se convirtió no solo en su compañero de escenario, sino también en su esposo y le ayudó a tomar esa decisión. La cantante eligió la música popular: allí fue donde la voz y el talento de Mercedes se mostraron con toda su magnitud.

Un poco más tarde a ese dúo se le unió Armando Gómez, poeta que se convirtió en el autor de la letra de muchas de sus canciones.

En 1957 Mercedes y Oscar se hicieron padres. Nació el único hijo de Mercedes Sosa, Fabián. Adelantando los acontecimientos, cabe decir que al cabo de varios años Oscar dejaría a la familia. La Negra luego se volvería a casar dos veces más, pero ya no pensaba tener más hijos.

El primer hito en la carrera artística de la Mercedes Sosa joven cantante tuvo lugar en 1959 cuando logró lanzar su primer disco, La voz de la zafra. Su marido Manuel Oscar Matus participó en la composición y grabación como compositor y como cantante de varias partes. La letra fue escrita por Armando Gómez.

La Nueva Canción: canciones simples sobre lo más importante

Al ver el creciente interés hacia el arte de los pueblos de América Latina, Mercedes decidió crear todo un movimiento musical. Según la cantante eso suponía combinar las tradiciones de música popular con la poesía de los barrios obreros.

La Nueva Canción - el nombre que recibió este movimiento musical - con el tiempo se volvió muy popular en todos los países de América Latina. Eran las canciones románticas y melodiosas dedicadas a cosas simples. pero muy importantes para cada persona: la vida, el amor, el bien y el mal, la esperanza y la fe. Así la famosa Canción Con Todos se convirtió en una especie de himno del Nuevo Cancionero.

La cantante siempre subrayaba que el canto para ella no era tanto un talento como una necesidad personal. Se llamaba a sí misma la cantora ya que no podía dejar de cantar, porque necesitaba hacerlo.

El repertorio de Mercedes Sosa poco a poco se ampliaba. Además de canciones populares, incluía composiciones con versos de los mejores poetas latinoamericanos del siglo XX: Victoria Parra, Pablo Neruda, Milton Nascimento.

Triunfo mundial y exilio

Las canciones de Mercedes Sosa pronto se ganaron el reconocimiento mundial.

Sus giras llenaban una agenda muy apretada: cada vez tenía menos tiempo para estar en casa. Sus conciertos se realizaban a sala llena no solo en Argentina, sino también en Chile, Venezuela, Brasil y otros países del continente.

Uno tras otro se lanzaban sus álbumes, entre 1959 y 1969 aparecieron diez de ellos.

Los años setenta en América Latina se convirtieron en los años más duros para varios países. En 1973 Augusto Pinochet tomó el poder en Chile, la dictadura militar gobernó el país durante varias décadas. Allí comenzó la persecución general de intelectuales, poetas y cantantes contralto Argentinas - aquellos que no querían guardar el silencio. En septiembre del mismo año fue brutalmente asesinado el cantante chileno Víctor Jara que también perteneció al movimiento de la Nueva Canción - era partidario y seguidor de la cantante argentina.

Mercedes se negó a actuar en Chile mientras los verdugos gobernasen aquél país. Ella llegó de gira allí tan solo en los años 90, cuando Pinochet se había retirado.

La misma situación golpista esperaba también a Argentina. Mientras el país estaba relativamente tranquilo, Mercedes Sosa continuaba con sus giras. Sobrepasando el continente latinoamericano, dió sus primeros conciertos en Europa.

La actuación de la Negra en Barcelona en 1975 causó una auténtica sensación entre sofisticado y caprichoso público español, con taquillazos en todos los conciertos. Después seguía Francia, Italia, Estados Unidos y muchos otros países del mundo - en todas partes la cantante fue recibida con ovaciones y aplausos.

La vida pacífica de Argentina terminó en 1976 cuando Jorge Videla tomó el poder siguiendo el mismo camino que Augusto Pinochet con la persecución de intelectuales y artistas.

Mercedes Sosa también recibió un golpe: le prohibieron a dar conciertos y sus discos se retiraron de la venta. No obstante, la cantante no se desanimó, a pesar de todo no dejó Argentina pasando a la actuación clandestina.

Durante uno de estos conciertos clandestinos Mercedes fue detenida y se le prohibió cantar por completo, aunque por alguna razón no fue encarcelada. Ahí fue que abandonó Argentina y se trasladó a Europa, entonces nada le impedía dejar su casa - en 1978 falleció su segundo marido.

En Francia Mercedes finalmente pudo trabajar con toda su fuerza: en 1979-80 a la vez se lanzaron siete de sus nuevos álbumes. Estos fueron sometidos a una severa censura en su tierra natal, donde la dictadura de Videla seguía haciendo estragos, así pues, solo unas pocas Mercedes Sosa canciones llegaron al público.

La cantante regresó a Argentina en 1982, cuando el poder del dictador tocaba sus últimos días. Los que habían perseguido a Mercedes durante varios años seguidos ya no estaban para eso, preocupados por salvarse a sí mismos.

Así Mercedes Sosa dio una serie de conciertos tan esperados y se marchó de inmediato, probablemente, no quiso tentar al destino. Pasó un año entero de gira por Brasil y España. Recién en 1983, cuando finalmente cayó la dictadura y llegó al poder el gobierno democrático civil de Raúl Alfonsín, la cantante finalmente regresó a su tierra.

Desde entonces y hasta su muerte vivió allí de forma permanente, saliendo de gira de vez en cuando para participar en todo tipo de conciertos.

La cumbre de su carrera

Mercedes Sosa alcanzó el auge de su creatividad en los años 80 del siglo pasado. Durante diez años se lanzaron 17 álbumes, tanto suyos grabados en solitario, como en colaboración con otros artistas famosos.

Los cantantes más célebres del mundo: Luciano Pavarotti, Andrea Bocelli, Francesco Battiato, Shakira, Sting y muchos otros compartieron el escenario con ella. La cooperación con ellos mostró las facetas más inesperadas del enorme talento de Mercedes. De esta forma se redescubrió a sí misma en diferentes estilos musicales, cantando rock, pop y hasta opera.

Ya estando gravemente enferma, la cantante no dejaba de actuar y hacer giras. Fue recibida con ovaciones en el Lincoln Center de Nueva York y en el Théâtre Mogador de Paris, su maravillosa voz sonó en la Capilla Sixtina del Vaticano ...

El comienzo de la década de 2000 fue una continuación del triunfo de la Negra: en 2002 actúo a sala repleta en el Carnegie Hall (Nueva York) y el Coliseo Romano.

En 2008, un año antes de su muerte, Mercedes recibió la propuesta de grabar la banda sonora para la película "Che", dedicada a la vida de Ernesto Che Guevara, el famoso revolucionario argentino. Era la canción de Balderrama.

Esta increíble mujer tenía fuerza suficiente para todo: conseguía compaginar la música con una gran labor social. Durante unos años actuó como Embajadora de Buena Voluntad para la UNICEF en América Latina y durante toda su vida estuvo liderando la lucha por los derechos humanos.

En su tierra natal, en Tucumán argentino, Mercedes Sosa se convirtió en Doctora honoraria de la Universidad local, también recibió numerosos premios por participar en misiones humanitarias a lo largo de su vida. Era una gran persona, esta modesta mujer con una guitarra ...

No llores por mí, Argentina…

Mercedes Sosa falleció el 4 de octubre de 2009. Sorprendentemente fue justo el día de nacimiento de la poeta Victoria Parra, cuya poesía encantaba a Mercedes. Su cuerpo sufrió múltiples disfunciones que se llevaron la vida de Mercedes Sosa la célebre Voz de América Latina.

En efecto, la Negra se dedicó por completo al arte y a la gente humilde por cuyos derechos había luchado durante tantos años sin prestar atención a su propia salud.

Miles de personas acudieron al Palacio del Congreso Nacional para despedirse de Mercedes Sosa: durante tres días le daba su último adiós no sólo la gente de Buenos Aires, sino de lugares más remotos del país. Los presidentes de varios países latinoamericanos - Christina Kirchner, Hugo Chávez, Verónica Hería, Luis da Silva – llegaron para despedirse de la cantante.

En su testamento la cantante pidió no enterrar su cuerpo, sino incinerarlo y esparcir las cenizas en sus tres lugares favoritos de Argentina: Tucumán, Mendoza y Buenos Aires. En Tucumán - porque allí pasó su infancia y adolescencia, en Mendoza- porque allí comenzó su carrera como cantante y nació su hijo Fabián y en Buenos Aires - porque allí pasó el resto de su vida.

Mercedes Sosa no cae en el olvido incluso en nuestros días. En 2011 se inauguró en la capital argentina el Museo Mercedes presidido aún por su hijo Fabián. En Tucumán y La Plata hay monumentos a la gran cantante, en su honor se han nombrado decenas de calles en diferentes ciudades.

Las canciones de la Negra no solo son interpretadas por ella. Sus mejores obras vienen cantadas por estrellas del pop mundial: la famosa Gracias la Vida suena genial cantada por Shakira, Laura Pausini y Alejandro Sanz, su Alfonsina y el mar encontró una nueva vida interpretada por Lara Fabián. Decenas de canciones de la diva argentina se pueden escuchar en películas, en festivales internacionales de la música folclórica. La Tierra no olvida su profunda y poderosa voz.

Discografía

Durante su vida Mercedes ha creado una inmensa colección de álbumes, 173 en total, grabados tanto por ella sola, como en colaboración con muchos artistas famosos. Después de su muerte, se lanzaron 12 discos más en memoria de la gran cantante, la Voz de América Latina:

Entre paréntesis, después de los títulos de los discos, se indica con quién grabó la cantante su disco con ella trabajaron los intérpretes latinoamericanos más famosos. Aparece también la marca "Obra colectiva" para colecciones musicales.

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